HORA DEL PLANETA: EL PUNTAPIÉ INICIAL DE LA CONCIENCIA ECOAMIGA
Por Eduardo Rojas Herrera / @ecoamigos
Hace algunos años, un gran amigo me dijo que tenía que apagar la luz por una hora y salvaría el planeta. Lo miré y sonriendo le dije "eres muy inocente, eso no sirve de nada". De vuelta recibí un remache que me removió la conciencia. "No te quejes después cuando el planeta colapse, tú también serás culpable".
Me fui a la casa con la idea azotando mis neuronas. Cómo puedo salvar el mundo apagando y desenchufando mis aparatos electrónicos por 60 minutos, es una tontera. Pero al cabo de diez cuadras se me iluminó la ampolleta. Si no solo yo lo hago, realmente se puede ayudar. De puro mono me puse manos a la obra y desenchufé todo menos el refrigerador.
Entonces se me prendió la ampolleta interna, realmente podía ayudar a racionalizar energía eléctrica. Yo siendo un pobretón consumía mucha electricidad, imagínense si sumamos a dos, tres, cien, mil pobretones y otros más pudientes, tomando conciencia que detrás de esos "tres oyitos" del enchufe y ese lindo botón que prende las ampolletas, hay varios procesos que generan la energía que prende el hervidor que utilizamos para tomar técito, y en un país como Chilito, las materias primas utilizadas son sucias y contaminan más que el Epidemia de Cachureos.
Por eso empieza por tí, aunque sea una moda o de puro posero, pero si lo haces y lo conviertes en hábito, aportarás un grano de arena en la salvación de este hermoso planeta en el que vivimos.